Si has tomado la decisión de retirar algún tatuaje en tu piel, el láser es la mejor opción. Recuerda que al colocarse un tatuaje se utiliza una máquina eléctrica con una aguja que sube y baja para inyectar tinta en la piel. Esta ingresa desde la epidermis que es la capa superficial de la piel, hasta la dermis, que es la segunda capa de la piel y es donde se depositan las gotas de tinta.
El retiro de tatuajes por medio de láser es un procedimiento seguro y eficaz, en el cual por medio de pulsos de energía de diferente intensidad se atraviesa la epidermis y absorben la tinta del tatuaje. La función del láser es fragmentar la tinta en partículas más pequeñas, para disminuirla y en el mejor de los casos desaparecer el tatuaje.
Para determinar qué tipo de láser se requiere, depende del color de la tinta, ya que cada color de tinta absorbe la luz del láser de distinta forma.
El número de sesiones dependerá del tamaño y colores del tatuaje. Es importante realizar este procedimiento con un dermatólogo o médico especialista, el cual recomendará el tipo de láser ideal para retirar tu tatuaje y la cantidad de sesiones necesarias para lograr el mejor resultado posible.
El procedimiento puede generar un poco de dolor, por lo que se utilizan anestésicos locales en la zona para disminuir la sensibilidad y sentirse cómodo durante el procedimiento.
Después del procedimiento se puede observar enrojecimiento y dolor leve en la zona que disminuirá en poco tiempo. En algunos casos se pueden generar cicatrices por el procedimiento, aunque esto dependerá del tatuaje y el tipo de láser utilizado.
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